domingo, 28 de febrero de 2010

DONATELLO





Donatello fue el hijo de Nicolo di Betto Bardi, un cardador de lana, y nació en Florencia, probablemente en 1386. Su padre era de vida tumultuosa que participó en la revuelta de los Ciompi, un levantamiento popular del año 1378, organizado por los cardadores de lana. Nicolás Maquiavelo describió esta revuelta años más tarde (1520-1525), dentro de su Historia de Florencia. Más tarde, su padre, también participó en otras acciones en contra de Florencia, que le condujeron a ser condenado a muerte y después indultado, fue un personaje muy diferente a su hijo, que era noble, elegante y delicado, por sus amigos y demás artistas era conocido bajo el nombre de Donatello.

Según unos informes de Vasari, el artista pasó sus últimos días abandonado por la fortuna, sus últimos años a consecuencia de una enfermedad paralizante los pasó en la cama y sin poder trabajar.

Murió en Florencia en el año 1466 y se dispuso su enterramiento en la Basílica de San Lorenzo en la cripta debajo del altar y al lado de la tumba de Cosme el Viejo. Entre los hombres que portaron el ataúd se encontraba Andrea della Robbia.El cenotafio de Donatello fue realizado en 1896 por el escultor Raffaello Romanelli.

A su muerte aún le quedó la deuda de 34 florines de pago por el alquiler de su casa y esto ha dado lugar a debatir sobre su estado real de pobreza, pero la cuestión parece más bien relacionada con su total indiferencia en los asuntos financieros, que en toda su vida demostró tener el artista, por las cuestiones económicas. Muchas anécdotas dan testimonio de esta actitud, como cuando en el momento de su mayor apogeo de trabajo en su taller, solía colgar una cesta llena de dinero, del que sus ayudantes podían aprovechar libremente, según fuera necesario. Los honorarios que recibió por su trabajo le habían asegurado grandes ganancias y también por otra parte Cosme de Médicis le había concedido una paga vitalicia semanal hasta el fin de su vida.


FORMACIÓN:
El artista, según Vasari, fue educado en la casa de la familia Martelli; y, es cierto que recibió su primera formación, en un taller de orfebrería. Entre 1402 a 1404 viajó a Roma con Brunelleschi, para estudiar el arte de la Antigüedad. Vieron gran cantidad de ruinas antiguas que pudieron estudiar y copiar para posteriormente inspirarse en ellas. Vasari afirma que hacían excavaciones en busca de «trozos de capiteles, columnas, entablamentos y restos de edificio Su estancia en Roma fue decisiva para el completo desarrollo del arte italiano en el siglo XV, fue durante ese periodo que Brunelleschi estudio las medidas de la cúpula del Panteón y de otras construcciones romanas. Las construcciones de Brunelleschi y los monumentos de Donatello fueron la expresión suprema del espíritu en la era en que la arquitectura y la escultura ejercieron una potente influencia en los pintores de esta época.

Donatello, en 1404 regresó solo a Florencia, para trabajar en el taller de Lorenzo Ghiberti, donde ayudó en la realización de la cera para la fundición de los modelos de la puerta norte del Baptisterio de San Juan, hasta 1407. Esta actividad le permitió adquirir los conocimientos fundamentales de joyería y orfebrería. De hecho, en 1412 existe una nota en el registro de la corporación de pintores que lo nombra como orfebre.

Su formación junto a Ghiberti le dejó un importante legado técnico pero casi ningún vestigio estilístico, ya que desde sus comienzos desarrolló un estilo propio basado en la fuerza emocional, y en un singular sentido del movimiento.


Su revolucionaria concepción de la escultura resulta evidente ya en las grandes estatuas para nichos destinadas a Orsanmichele y la catedral de Florencia. La gravedad y el realismo de estas monumentales figuras de mármol contrastan vivamente con la gracia y el decorativismo del gótico internacional, el estilo vigente en Europa hasta entonces. Donatello comenzó esta serie en 1411 con el San Marcos y la concluyó en 1436 con el llamado Zuccone. A esta serie pertenece también el San Jorge, su primera obra famosa, de la que Vasari afirmó: «Posee el maravilloso don de moverse dentro de la piedra».

Tras asociarse con su aprendiz Michelozzo, Donatello emprendió a partir de 1427 la realización en Pisa de la tumba del cardenal Brancacci, en la que esculpió en relieve el tema de la Asunción de la Virgen. Poco después, la tumba de Baldasare Coscia para el baptisterio de Florencia permitió al artista dar sus primeros pasos en el difícil arte de la fundición en bronce.

El viaje a Roma que realizó el escultor hacia 1430-1432 condicionó de manera decisiva toda su producción posterior, ya que le brindó la oportunidad de conocer en directo el arte de la Antigüedad. A su regreso a Florencia comenzó la famosa Cantoría para la catedral, en la que recreó libremente algunos de los motivos clásicos admirados en Roma. Poco posterior es su escultura exenta más famosa, el David en bronce, comparable en ciertos aspectos al San Jorge de su etapa anterior.

En 1443, el artista se estableció en Padua, seguramente después de haber recibido el encargo de esculpir la estatua ecuestre del Gattamelata, la primera de tamaño natural desde la Antigüedad. Realizada al estilo del Marco Aurelio romano, posee la fuerza expresiva característica de sus estatuas anteriores, una fuerza que se transmite también al caballo, representado con brío y vitalidad.

En la misma ciudad obró el retablo mayor del santuario de San Antonio, en el cual combinó siete estatuas y cuatro relieves, en una disposición que fue modificada en el siglo XVI. En estos relieves, que representan los milagros de San Antonio, son por igual magistrales el sentido dramático y la organización del espacio. Donatello volvió en 1454 a Florencia, donde esculpió sus obras de mayor fuerza emocional en las que trabajó las posibilidades expresivas de la deformación. A este período corresponden Judit y Holofernes y la sublime María Magdalena, en madera. Aunque no tuvo un heredero directo, Donatello influyó de forma decisiva en la escultura florentina hasta comienzos del siglo XV.

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