Las plantas románicas más frecuentes son:
- Planta Basilical de tres o cinco naves (forma rectangular), de influencia romana.
- Planta de Cruz Latina, compuesta de dos brazos, un longitudinal, más alargado, y otro transversal.
Sobre esta planta de cruz latina pueden identificarse los principales elementos que forman parte de un templo románico:
La planta de Cruz Latina tiene dos brazos, uno longitudinal y otro transversal llamado transepto. Donde se cruza la nave central y el transepto, se llama crucero, que suele realzarse con una cúpula.La nave central suele terminar formando un ábside de forma semicircular, en la cabecera, donde pueden colocarse nuevas capillas también semicirculares, llamados absidiolos.
Y la girola o deambulatorio, que es la prolongación de las naves laterales sobre la nave central por detrás de la capilla mayor.
Los progresos del arte románico se van a desarrollar fundamentalmente en el terreno de la arquitectura religiosa. Las iglesias y los monasterios eran los lugares de experimentación donde se irán aportando las soluciones más significativas.
La iglesia románica, como edificio, no presenta unas tipologías uniformes, sino una continua adaptación a las necesidades sociales y religiosas, introduciendo peculiaridades en cada una de las regiones donde se desarrolla. La planta basilical, la iglesia de salón con naves a igual altura, las naves únicas o las plantas radiales, son igualmente utilizadas. En este sentido, es la concepción del espacio recogido, aislado del exterior mediante gruesos muros de gran plasticidad, e iluminado por luz natural mediante focos muy concretos, lo que puede caracterizar estos edificios.
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